RAZONES DE LA GUERRA

(Publicado en El Correo Canadiense)
Por Sergio Granillo

Para muchos canadienses, el tema de sus militares es sagrado. Remembrance Day, fecha que celebra el valor, la entrega y el amor a la patria de los veteranos de guerra y los caídos en batalla; fiesta propia de las naciones que forman parte del Common Wealth británico, que originalmente daba homenaje a los soldados caídos en la Primera Guerra Mundial.

Una de las cosas de Canadá que no acabo de asimilar como inmigrante es esta participación militar en Medio Oriente, pues Canadá es un país pacifista y promotor de la tolerancia; la pregunta está en el aire ¿estamos en guerra?

Los agrupamientos militares canadienses destacados en Afganistán acaban de asumir el liderazgo del despliegue multinacional, lanzado originalmente por los Estados Unidos como estrategia para combatir el terrorismo y reprimir al grupo Talibán, encabezado por Osama Bin Laden, responsable del ataque a Nueva York y Washington.

Como sucede en todas las guerras, el resultado de las operaciones cotidianas implica ataques y contraataques, produce muertes en ambos bandos. La muerte afganos o iraquíes –soldados o no- pasa desapercibido, a fin de cuentas son los “malos de la historia”; no así con la muerte de soldados de la alianza militar ocupante.

Combatir el terrorismo es una razón justa, derrocar regímenes autoritarios y sanguinarios, como el de Saddam Hussein, para liberar de la opresión a los pueblos del Medio Oriente, también es un argumento válido.

Sin embargo, a diferencia de aquellas guerras del siglo XX, ahora suceden cosas parece salir por completo de contexto, surgen situaciones sumamente absurdas, alejadas de un verdadero estado de guerra, al menos como los que conocimos e imaginamos (a través del cine).

Una gran diferencia es la presencia de medios de comunicación en el lugar y el momento exacto de los ataques, hemos sido testigos de la toma de ciudades como Bagdad, estuvimos (de manera virtual) tras las trincheras esperando los ataques del enemigo. La guerra es parte del negocio del entretenimiento, los espectadores, cómodamente sentados en las salas de sus hogares, lejos de los campos de batalla, cuando se fastidian del tema, solo tienen que cambiar de canal.

Para las nuevas generaciones este estilo de guerra es totalmente alienante, nada tiene que ver con el honor de los hombres, la defensa de una causa, del territorio nacional, de un pueblo… Semeja más un video juego o una película de acción.

De tal modo que cuando los noticieros televisivos reportan un ataque tras otro de lo que ellos mismos llaman la “insurgencia” en Irak, los televidentes parecen no entender por qué los necios iraquíes atacan a los nobles soldados que han ido a entregar sus vidas para rescatarlos del malvado de Saddam Hussein.

Y así matan y mueren muchos desconocidos, pero los “actores principales” no sólo se salvan, sino que además hacen una vida tan civilizada…

Siendo la razón original de estas invasiones a Medio Oriente, hoy nadie habla de Osama Bin Laden, a quien sólo se le ve ocasionalmente mandando mensajitos a través de la cadena televisiva árabe Al Jazeera –ahora fuerte competencia de CNN, por sus contenidos igualmente extremistas y tendenciosos-.

Resulta incomprensible que una sobrina del antaño socio de la familia Bush y enemigo número uno de los Estados Unidos, esté lanzando una carrera artística en Nueva York. Wafah Dufour Bin Ladin, hija de una medio hermano del líder de Al Qaeda, nació en California, vivió en Arabia Saudita desde los tres hasta los 10 años, quiere ser cantante, posó para una revista masculina y ahora protagonizará un reality show.

El juicio que se le sigue a Saddam Hussein, con los argumentos de uno y otro lado, son patéticos, pareciera un delincuente menor sometido a una justicia que se desenvuelve en la más pura democracia y el más inmaculado Estado de Derecho. Mientras que el mundo sigue conociendo de diversas atrocidades cometidas contra prisioneros de guerra, y mueren tantos civiles, los líderes enemigos son tratados con gran deferencia y respeto a sus derechos.

Los británicos están disminuyendo sus efectivos en la región, Estados Unidos ha querido bajar el perfil por las presiones internas sobre el sentido de esta guerra y ha cedido el liderazgo de las operaciones a Canadá, al final del día ¿qué pasará si esta guerra pasa a la historia como un gran circo motivado por la ambición petrolera y la industria bélica de los sajones, como el Vietnam del siglo XXI? ¿Se ha evaluado el riesgo de que este nuevo liderazgo de Canadá en el frente convierta al país en un blanco del terrorismo, como ocurrió en España e Inglaterra?

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