COMO TE VEN… ¡TE TRATAN!
(Publicado en El Correo Canadiense)
Por Sergio Granillo
Hay un chiste sobre racismo que dice: “En un autobús urbano donde había problemas de discriminación, el supervisor tratando de acabar con el problema les dice, a partir de ahora, en este autobús, todos vamos a ser azules… Y cuando empieza a avanzar el autobús, el chofer le dice a los pasajeros, los de azul oscurito por favor váyanse al fondo del camión, para que los de azul clarito puedan pasar…”
Canadá es una de las naciones más abiertas y tolerantes en cuestión de culturas, razas, creencias y orientación sexual, lo que le ha venido abriendo puertas a nivel diplomático y comercial en todo el planeta. Sin embargo, la convivencia cotidiana, la apertura de oportunidades, es aún una frontera por conquistar.
Un reciente estudio de Queen’s University concluyó que los europeos que llegan a Canadá, encuentran más fácilmente empleo y son promovidos más rápidamente que quienes vienen de otras zonas geográficas del planeta.
Sólo 8.4% de los inmigrantes llegados de Europa entre 2001 y 2005 estuvieron desempleados en 2006, mientras que los provenientes de África en el mismo período tuvieron un índice de desempleo de 20.8%, los de Asia 11.1% y los de América Latina 10.5%.
Y no es sólo la asimilación laboral inicial sino el avance profesional al paso del tiempo. Después de 10 años de haber llegado a este país, la tasa de desempleo entre europeos es de 4%, seguido de los asiáticos con 5.5%, los latinos con 6.1% y al final, los africanos 7.6%.
La razón primordial, indica el estudio, es que la gente proveniente de Europa tiene más similitudes en idioma, cultura y formación académica, pero también influye en el proceso de asimilación la religión y el color de la piel.
Existen casos excepcionales como el de los filipinos que se encuentran entre los mejor asimilados por la cultura canadiense; registrando un índice de desempleo de 5.4% los primeros 5 años de estadía en Canadá, y de 2.4% después de una década.
El gobierno federal ha hecho esfuerzos por mitigar estas tendencias y fomentar la equidad de oportunidades, basados en la capacidad profesional, no en el aspecto u origen, pero el mercado laboral canadiense sigue siendo altamente sensible al color de la piel.
Muchos corporativos toman como iniciativa de relaciones públicas la bandera de la multiculturalidad y los grandes CEO’s de Canadá afirman que sus empresas brindan igual oportunidad a los inmigrantes de todo el mundo, participan en los consejos honorarios de agencias gubernamentales para inmigrantes.
Sin embargo, al interior de estas firmas se siguen levantando barreras racistas, dejando en los niveles más bajos a las “minorías visibles”. Sus procesos de selección de personal preguntan al aspirante si pertenece a alguna de esas categorías; en el caso de los latinos, llegan a especificar si se es “latino de piel oscura”.
El camino hacia la asimilación es aún largo y depende del esfuerzo individual para poder romper con esos esquemas y demostrar a la sociedad canadiense de qué estamos hechos los latinos, y en general los que llegamos a esta tierra en búsqueda de un sueño de libertad, prosperidad y de oportunidades. Desde cada trinchera cada uno de nosotros podemos demostrar que tenemos una riqueza histórica, cultural y lingüística para enriquecer el nuevo rostro multicolor de Canadá.
* Periodista mexicano
(www.elcorreo.ca )
Por Sergio Granillo
Hay un chiste sobre racismo que dice: “En un autobús urbano donde había problemas de discriminación, el supervisor tratando de acabar con el problema les dice, a partir de ahora, en este autobús, todos vamos a ser azules… Y cuando empieza a avanzar el autobús, el chofer le dice a los pasajeros, los de azul oscurito por favor váyanse al fondo del camión, para que los de azul clarito puedan pasar…”
Canadá es una de las naciones más abiertas y tolerantes en cuestión de culturas, razas, creencias y orientación sexual, lo que le ha venido abriendo puertas a nivel diplomático y comercial en todo el planeta. Sin embargo, la convivencia cotidiana, la apertura de oportunidades, es aún una frontera por conquistar.
Un reciente estudio de Queen’s University concluyó que los europeos que llegan a Canadá, encuentran más fácilmente empleo y son promovidos más rápidamente que quienes vienen de otras zonas geográficas del planeta.
Sólo 8.4% de los inmigrantes llegados de Europa entre 2001 y 2005 estuvieron desempleados en 2006, mientras que los provenientes de África en el mismo período tuvieron un índice de desempleo de 20.8%, los de Asia 11.1% y los de América Latina 10.5%.
Y no es sólo la asimilación laboral inicial sino el avance profesional al paso del tiempo. Después de 10 años de haber llegado a este país, la tasa de desempleo entre europeos es de 4%, seguido de los asiáticos con 5.5%, los latinos con 6.1% y al final, los africanos 7.6%.
La razón primordial, indica el estudio, es que la gente proveniente de Europa tiene más similitudes en idioma, cultura y formación académica, pero también influye en el proceso de asimilación la religión y el color de la piel.
Existen casos excepcionales como el de los filipinos que se encuentran entre los mejor asimilados por la cultura canadiense; registrando un índice de desempleo de 5.4% los primeros 5 años de estadía en Canadá, y de 2.4% después de una década.
El gobierno federal ha hecho esfuerzos por mitigar estas tendencias y fomentar la equidad de oportunidades, basados en la capacidad profesional, no en el aspecto u origen, pero el mercado laboral canadiense sigue siendo altamente sensible al color de la piel.
Muchos corporativos toman como iniciativa de relaciones públicas la bandera de la multiculturalidad y los grandes CEO’s de Canadá afirman que sus empresas brindan igual oportunidad a los inmigrantes de todo el mundo, participan en los consejos honorarios de agencias gubernamentales para inmigrantes.
Sin embargo, al interior de estas firmas se siguen levantando barreras racistas, dejando en los niveles más bajos a las “minorías visibles”. Sus procesos de selección de personal preguntan al aspirante si pertenece a alguna de esas categorías; en el caso de los latinos, llegan a especificar si se es “latino de piel oscura”.
El camino hacia la asimilación es aún largo y depende del esfuerzo individual para poder romper con esos esquemas y demostrar a la sociedad canadiense de qué estamos hechos los latinos, y en general los que llegamos a esta tierra en búsqueda de un sueño de libertad, prosperidad y de oportunidades. Desde cada trinchera cada uno de nosotros podemos demostrar que tenemos una riqueza histórica, cultural y lingüística para enriquecer el nuevo rostro multicolor de Canadá.
* Periodista mexicano
(www.elcorreo.ca )
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