NUEVA POLITICA INMIGRATORIA, DIRECCION INCORRECTA

(Publicada en El Correo Canadiense)
Por Sergio Granillo


La creación de una nueva categoría inmigratoria como ‘Clase con Experiencia Canadiense’ (Canadian Experience Class, CEC) aparece como el primer paso para revertir la política de apertura hacia los inmigrantes.

Parecen agotados los esfuerzos por ayudar a los recién llegados a superar la barrera de la ‘Experiencia Canadiense’; y ante los retos de la recesión económica (no declarada oficialmente) resulta necesario contener flujos migratorios, para no presionar las tasas de desempleo.

Anteriormente, las tendencias de crecimiento económico advertían de la necesidad de cubrir posiciones laborales con mano de obra importada, ya sea por un acelerado crecimiento económico, envejecimiento de la población, disminución de las tasas de fertilidad, etc.; o bien por la necesidad de traer más trabajadores que contribuyan (via impuestos) a los pagos de pensiones a los canadienses retirados.

El gobierno canadiense ha estado atrayendo ciudadanos de otras naciones, con estudios y experiencia profesional, para que emigren a estas tierras y hagan realidad el ‘Sueño Canadiense’, inspirado en el ‘Sueño Americano’.

Sin embargo, el sector privado no comparte dicha perspectiva. No se ha logrado cocientizar a los patrones acerca de las capacidades profesionales de los recién llegados. Muchos todavía consideran algunas fallas lingüísticas entre los inmigrantes como una discapacidad mental o reflejo de la ausencia de procesos mentales. Si no habla claramente en inglés, no sabe pensar.

La otra barrera, la ‘Experiencia Canadiense’, hace pensar que la cultura empresarial local es totalmente diferente a la del resto del mundo. No considera la globalización económica, que ha venido estandarizando los procesos productivos, los modos de hacer negocios y la educación.

En consecuencia, abundan profesionistas inmigrantes que se emplean en la industria de la construcción, conduciendo autobuses escolares, limpiando oficinas o sirviendo mesas.

La nueva política migratoria indica que el problema de Canadá es que no está llegando gente con la suficiente capacidad para desempeñar trabajos profesionales.

Pero esa no es la realidad. No se trata de depurar la calidad de extranjeros que vienen a Canadá, ni de darles capacitación, ni siquiera de validar sus estudios. Lo que es urgente es que se brinde las mismas oportunidades a los inmigrantes, para competir en los mismos términos por obtener un puesto laboral de nivel profesional.

Algunos patrones canadienses parecen aplicar a los inmigrantes aquella idea del desarrollo por escalafón. Antaño, en las fábricas se empezaba en las líneas de producción y se iba subiendo de puesto poco a poco.

Ciertos esquemas gerenciales, particularmente aplicado hacia los extranjeros, no considera las modernas teorías administrativas de ‘ganar-ganar’, que reconoce las habilidades y conocimientos del empleado, no sólo a los años de servicio.

El ‘problema’ involucra dos partes, los patrones canadienses y los inmigrantes buscadores de empleo; la falta de compatibilidad en esa relación, debe atenderse en ambos frentes, no sólo en uno de ellos…

Mayor frustración resentirán aquellos que obtengan la nueva categoría migratoria que valida su experiencia canadiense, si al final del día volverán a terminar manejando taxis o sirviendo mesas. Otros estudios sobre inmigración han demostrado, que tiene más peso la apariencia física y el nombre, que las habilidades profesionales, a la hora de buscar trabajo.

¿Y que va a pasar con aquellos inmigrantes que ya se encuentran en Canadá y siguen buscando oportunidades de trabajo profesionales?

* Periodista mexicano
(www.elcorreo.ca)

Comments

R Landin said…
Sergio, nunca me hubiera imaginado que hay tanta discriminación en Canadá... ¿o será otra cosa?
R Landin

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