LA UNION HACE LA FUERZA
(Publicado en https://elqueretano.info/noticias/mirador/)
Febrero 28, 2020.
Viendo estos días las noticias de México y las
de Canadá, veo una clara diferencia cultural, la unión y la solidaridad de la
gente.
En México… Muchas personas en medios sociales
están convocando a una especie de paro el 9 de marzo, donde las mujeres
dejarían de trabajar como un acto de unidad y de reclamo contra las autoridades
(y la sociedad en general) por la creciente violencia contra mujeres en el
país. Las respuestas que he visto ratifican esa idea que se tiene del mexicano
individualista, incapaz de consolidar movimientos de protesta reales y sólidos,
y prefieren criticar y burlarse.
En Canadá… Un pequeño grupo de indígenas se
plantó en una línea de tren en la provincia de Colombia Británica, protestando
en contra de la construcción de un oleoducto que reactivaría la decaída
economía de la provincia petrolera de Alberta, repleta de petróleo pero
encerrada en el centro del territorio sin una ruta efectiva de salida para su
exportación: un oleoducto que pretende llegar a las costas occidentales del
país. El movimiento cundió como fuego por todo el país, con bloqueos en puntos
estratégicos en las principales rutas ferroviarias de Canadá, ¡parando casi en
seco buena parte de su economía y sus comunicaciones!
Lo primero que salta a la vista es el papel que
tienen los pueblos indígenas en Canadá y su influencia en las grandes
decisiones políticas y mega proyectos económicos. La constitución canadiense
reconoce la existencia de 3 grupos indígenas: Indios (también conocidos como
Primeras Naciones), Inuit (o esquimales) y Métis. Con una población de 1.67
millones de personas, representan casi el 5% del total de la población.
Desde la administración previa a Justin
Trudeau, el gobierno canadiense inició un proceso de reconciliación con los
habitantes originales de estos territorios tras el cierre de lo que era
conocido como el sistema de casas-escuela para indios, a donde llevaban a
muchos hijos de indígenas para cambiar su cultura e “integrarlos” a la sociedad
anglo y/o francófona.
Los pueblos indígenas se consideran como
naciones con sus propios territorios y tienen derechos sobre ellos, se ven a sí
mismos como los guardianes de sus tierras y sus ecosistemas. El gobierno
canadiense ha celebrado diversos acuerdos con las autoridades o bandos
indígenas para el usufructo de ciertas regiones.
Y aquí llegamos al problema en cuestión, tras
una amarga disputa inter provincial entre Alberta y Colombia Británica por los
oleoductos, que casi provoca la separación de Alberta del resto del país, las
cortes aprueban la construcción de las rutas petroleras, pero los indígenas
dicen que a ellos no les pidieron su consentimiento y el 6 de febrero bloquean
el acceso a la zona donde se construiría una parte del oleoducto, en el
territorio de Wet’suwet’en, B.C.; la policía montada intenta removerlos y
empiezan los bloqueos en rutas de trenes en Ontario y después a lo largo de
todo el país.
Estas protestas provocan que las principales
rutas ferroviarias, que transportan materiales y gente a lo largo de todo Canadá,
se detengan. Via Rail (la principal ferroviaria) anuncia el despido temporal de
1,000 empleados y muchos pequeños y medianos negocios, sin acceso a materias
primas, tienen que despedir temporalmente a su gente.
¿Me siguen? ¿Cuándo en México se ha reconocido
realmente a los pueblos indígenas? Eso sí, presumimos de sus ancestrales
civilizaciones y los imperios que construyeron, como el Azteca y el Maya, pero
a mucha gente le parece vergonzoso mostrar rasgos indígenas, ¡peor aún serlo!
Algunos comentaristas canadienses opinan que
estas protestas indígenas tienen más fondo… además del cuidado de la ecología,
el respeto a sus tierras y a sus derechos, reflejan el tratamiento racista
hacia los múltiples casos de mujeres indígenas asesinadas, que han sido
ignorados por muchas autoridades locales por varios años, que siguen impunes y
siguen ocurriendo.
Una coincidencia: mujeres, ya sean mexicanas o
indígenas canadienses, sus muertes pasan desapercibidas por las autoridades e
impunes.
He visto con sorpresa cómo una pequeña
manifestación indígena en una zona rural montañosa al norte de Colombia Británica,
ha generado tanta respuesta social de apoyo de muchos grupos no indígenas que
se han manifestado en calles y plazas por varias ciudades canadienses. Además
de los bloqueos que continúan en parte, en esto momento, la mayoría de las
rutas ferroviarias ya han sido despejadas por la policía, pero las
negociaciones entre las autoridades y los líderes indígenas continúan.
Otro ejemplo… por meses ya, en Ontario varios
sindicatos de maestros han estado haciendo paros escalonados en protesta por
los recortes de presupuesto y personal impuestos por el Premier (como
gobernador de la provincia); la sociedad respeta los derechos de protesta de
todas las agrupaciones que la componen.
Las manifestaciones son una herramienta social
básica para exigir derechos, y esto es lo que hace una diferencia entre los
países del primer mundo y los países en desarrollo. Una conciencia social, la
solidaridad, la unión, exigir a las autoridades que hagan su trabajo, que hagan
justicia, que cambien una ley o un megaproyecto. E igualmente, de parte de los
gobiernos, ellos escuchan, dialogan y negocian en forma abierta, no para los
intereses de unos pocos… eso es corrupción.
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