DANZA DE MILLONES Y GUERRA DE RUMORES
(Publicado en https://elqueretano.info/noticias/mirador/)
Abril 27, 2020.
Ante un mismo enemigo mundial, el COVID19, las
estrategias y las respuestas en cada nación del planeta han sido diferentes…
unos siguen los caminos de la razón, la ciencia y el sentido común, pero otros
van cayendo en las trampas de la mentira, la manipulación y los intereses políticos.
Cada gobierno está mostrando sus colores verdaderos, mientras los pueblos de
todas las naciones han rendido sus libertades individuales a las autoridades
para derrocar un enemigo invisible en un ambiente de guerra viral.
En Canadá llevamos 7 semanas de encierro por la
emergencia sanitaria del coronavirus, justamente hoy la Provincia de Ontario
anunció su plan progresivo de reapertura de la economía, explicando que “el
virus nos va a dar la pauta de cuándo reabrir”, se calificó el plan como un
mapa de etapas, más que un calendario con fechas específicas. Aun cuando el
gobierno de los Estados Unidos quería reabrir la frontera norte lo antes
posible, tanto el gobierno federal como los provinciales canadienses dijeron
que no, debido a que esa nación es ahora el mayor foco de casos y muertes del
virus.
Con una estrategia política astuta, el Primer
Ministro Justin Trudeau ha venido dando conferencias de prensa diarias desde la
puerta de la residencia oficial (donde él mismo estuvo en cuarentena porque su
esposa tuvo COVID 19 y ya sanó); paulatinamente fue moviendo la temática del
aspecto sanitario hacia los apoyos económicos. Dejando a los líderes
provinciales y municipales, así como a las autoridades sanitarias, las malas
noticias sobre número de contagios, pruebas, fallecimientos y el triste caso de
los asilos de ancianos, donde se concentra el mayor porcentaje de muertes.
Y ahí empezó la danza de los miles de millones
de dólares en apoyos directos de $200 dólares canadienses a ciudadanos,
créditos a tasa cero para negocios, cobertura del 75% de la nómina de muchas
empresas para reducir los despidos; diversos apoyos económicos a grupos y
sectores económicos vulnerables, etc.
Algunos medios han llamado a Trudeau el Santa
Claus de la Pandemia, pues sus apariciones públicas se han centrado en los
programas financieros del rescate de la economía canadiense. Tanto así que se
ha reportado que hay personas beneficiadas con esos programas que ahora están
ganando más (temporalmente) que antes de la pandemia.
Al día de hoy, en Canadá hay casi 49 mil casos
confirmados de coronavirus, más de 2,700 muertes y se han realizado casi 800
mil pruebas. No se registra desbordamiento de los centros hospitalarios, todos
los niveles de gobierno han sumado esfuerzos y la gente en general ha acatado
las medidas sanitarias, aun cuando se han implementado multas de $1,000 dólares
a gente que no respete el distanciamiento social. La curva ya se está
achatando.
Desde hace unas semanas, Trudeau advirtió que el
regreso a la vida como la conocíamos antes de la pandemia no será pronto y solo
lo será cuando exista una vacuna y/o una cura para el coronavirus, lo cual
tomará varios meses. La sociedad ha buscado formas de reconocer y agradecer al
personal médico por su valiosa tarea al frente de esta lucha por salvar vidas.
En Ontario se acaba de anunciar un aumento de $4 dólares por hora (por 4 meses)
para todo el personal medico y gente que trabaja en asilos.
Por su parte en México, la pandemia ha trazado
una historia diferente. Ni la gente ni el gobierno han acabado de aceptar ni de
entender la crisis que se está viviendo en todo el mundo. El país se está
enfrascando en una lucha política intestina, puesto en lenguaje coloquial, una
guerra entre fifis y chairos; otros usan términos mas sofisticados como la
resistencia, los golpistas, los conservadores, y hasta se habla de una
coalición de gobernadores para independizarse del gobierno federal de López
Obrador.
El gran problema es que se quita la atención de
todos al problema sanitario. En México había una sola empresa que fabricaba las
pruebas del virus y no se dejaba a los gobiernos locales comprar pruebas del
extranjero. Solo hace pocos días, Marcelo Ebrard anunció que se comprarán 50
mil pruebas, pero inicialmente solo se dispuso de 9 mil, dando 200 pruebas por
entidad federativa y el resto en la Ciudad de México.
El Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell admitió
que México no tiene los recursos suficientes para saber científicamente cuánta
gente está infectada; lo que no se puede contar, no se puede medir, ni se puede
planear cuántas camas o respiradores se van a necesitar. El habló de su modelo
centinela, diciendo que si uno quiere tener una idea de cuántos enfermos de
coronavirus hay, multiplíquele por 8 a los datos oficiales…
Las cifras oficiales dicen que hay casi 15 mil
casos confirmados y van muertes 1,350. A ojo de buen cubero, la realidad sería
que hay 120 mil casos y como 10,000 muertes; esto al inicio de la fase 3 de la
pandemia, que es cuando los casos se empiezan a multiplicar en forma
exponencial. Se dice que el gobierno mexicano ya mandó fabricar 4 mil bolsas
para cadáveres, por no mencionar el patético “código bioético”, en el cual se instruye
a los nosocomios que, ante la obvia falta de recursos, se privilegie a los
jóvenes sobre los ancianos, si les llegan 2 jóvenes “échense un volado”.
En un momento cuando todo el planeta esta
enfrentando la pandemia, en México aun hay mucha gente que cree que el COVID19
es una mentira de los poderosos, de los medios de comunicación y los enemigos
del presidente López Obrador. Hasta hay sacerdotes que siguen celebrando misas
masivas y los transportes públicos siguen llenos.
Todo tipo de teorías conspiracionistas han
circulado, que el virus es un arma biológica, que ya vienen flotillas
extraterrestres a conquistar la Tierra, que va a caer un meteorito de 4 km de
diámetro; que en México se está cuajando una revolución o golpe de estado
contra López Obrador, que todos los medios están en su contra…
Lo más triste es ver algo que yo esperaba que
fuera otra de las noticias falsas que circulan, pero que parece ser cierto:
ataques contra médicos y enfermeras de parte de la población, que se les
prohíbe entrar a tiendas y subir al transporte público. En eso México tiene el
primer lugar mundial, siendo casi el único país donde mucha gente se comporta
como animales salvajes atacando a la gente que en todo el planeta se reconoce
como héroes incansables, el frente de batalla contra este enemigo invisible.
La ausencia de pruebas quizá obedezca a esa
vieja tradición de México de ocultar hechos y maquillar cifras que no se ven
bien ante la opinión publica. Ya pasó en 1968 y en 1985, que el mundo no sepa
cuántas gentes murieron. La diferencia hoy es que la epidemia es global, todo
el planeta está luchando contra la misma crisis; no van a poder tapar el sol
con un dedo, menos en la era de los medios sociales y fotos satelitales.
De apoyos financieros, poco se ha anunciado,
poco hay para repartir. La economía mexicana va a ser severamente dañada no
solo por la caída de los precios petroleros, sino por el cierre de fronteras en
todo el planeta, la muerte virtual del turismo y la aviación comercial; la baja
en las remesas, una de las mayores fuentes de ingresos de México, pues con todo
cerrado en Estados Unidos, no hay trabajos y los latinos son uno de los grupos
donde más muertos ha habido. Se prevé un regreso al proteccionismo, pues todas
las economías están perdiendo millones de empleos, y México no está preparado
para ninguno de esos escenarios.
Las muestras musicales de solidaridad durante
la pandemia nos dan una idea de la mentalidad de cada cultura: en México
sacaron un video colectivo llamado “Resistiré”, en Canadá se llama “Juntos
somos más fuertes”. Trabucles…
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