THE BORDER WALL… FROM TRADING TO SUBMISSION

BI-WEEKLY COLUMN
By Sergio Granillo

Globalization is in decadence or in crisis at least. On one hand, free exchange of merchandises is promoted, but people are restricted to move across the borders. On the other hand, globalization was meant to bring economic development to all the nations involved, but it has only polarized global economy, amplifying the gap between poor countries and the rich ones.

The United States is particularly interested in opening new markets abroad for the American companies, and they have promoted the idea that a free market is the foundation of democracy.

On January 1st, 1994, the federal governments of Canada, Mexico and the United States signed the North America Free Trade Agreement, in order to face the recently created European Union. The objective was to create the largest free market region in the world, encouraging a strong and sustainable economic growth in the three nations by opening frontiers.

According to those premises, by the present time, the “North American Region” -including Mexico- should have free exchange of merchandises and people (for trade and employment purposes), doing business and profits all across the three countries.

On the contrary, the government of the United States has accepted to build one of the largest border wall ever built, only comparable to the Great Wall of China… Built up on the 3rd Century, 7,300 Km long, to protect the Chinese Empire from invasions of nomadic tribes of Mongolia and Manchuria; this historical landmark rather than preventing people to enter the territory, avoided them bringing horses along.

The Border Wall between the Mexican and the American territories aims to halt the overwhelming illegal invasion of immigrants from Mexico, Central and South America.

This project is not new it started 12 years ago in the West coast, dividing the Mexican city of Tijuana from the American, San Diego. This wall was erected almost at the same time that the NAFTA agreement was signed. It was part of an anti-immigrant program known as Operation Gatekeeper.

On October 2006, a new bill was accepted to enlarge that original fence along the most critical crossing points on the border, pushing illegal immigrants to move their routes to areas of higher risk, like deserts, raising the death toll of aliens to thousands.

This new project, signed by President Bush, estimates to build more fences all along the border, more than 800 kilometers to stop the crossing of cars filled with illegal immigrants; in this way, the total length of the border wall will be 1,130 Km.

The bias from the original intention of the NAFTA is responsibility of the three governments: American, Mexican and the Canadian; one that has remained silent and the two others for using the issue for electoral purposes only.

NAFTA has led Mexico from global commerce to a shameful submission, where merchandises can cross the border, but not citizens. If this commercial agreement had worked out the way it was supposed to be, Mexican economy would be blossoming, jobs would had been created instead of having millions of Mexicans risking their lives to find humiliating employments in the United States and to be treated as criminals.

How praiseworthy is a democracy that signs trade agreements and builds fences at the same time to stop the week “partners” to cross by and let them to become semi-slaves of the “partners” that have better taken advantage of it?


EL MURO FRONTERIZO… ¡DEL COMERCIO A LA SUMISION!

(Publicado en El Correo Canadiense)
Por Sergio Granillo

La globalización está en decadencia o, por lo menos, en crisis. Por un lado, se promueve el libre intercambio de mercancías entre naciones, pero se restringe la circulación de personas. Por otro lado, el objetivo de la globalización era promover una mejoría económica en todas las naciones, y solamente la ha polarizado.

Estados Unidos ha promovido la globalización para abrir mercados a sus empresas, e incluso aseguran que la libertad económica y su internacionalización son base de la democracia.

El 1 de enero de 1994, los gobiernos de Canadá, México y los Estados Unidos firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, para hacer frente a la naciente Comunidad Europea; se pretendía formar el bloque económico más grande del planeta, mediante la promoción del desarrollo económico de los tres países, dando un acceso igualitario a sus respectivos mercados.

En teoría, para estas fechas, el bloque norteamericano (que incluye México) debería tener un libre flujo de mercancías y de personas, con la intención de hacer negocios que beneficien a toda la región.




De manera contraria, el gobierno de Estados Unidos acaba de autorizar la ampliación del muro fronterizo con México.

Construcción sólo comparable con la Muralla China (7,300 Km), construida en el siglo III a.C. para proteger el Imperio Chino de los ataques de los nómadas de Mongolia y Manchuria; que más que impedir el paso de personas, procuraba evitar que trajeran caballos con ellos.

El muro fronterizo Estados Unidos-México pretende impedir la entrada de inmigrantes ilegales mexicanos y centroamericanos.

La construcción del muro no es nueva, es la ampliación de un proyecto que inició de manera paralela con la firma del TLC. En 1994 bajo el programa antiinmigrante conocido como “Operación Guardián”, se levantó un muro formado de varios kilómetros en la frontera Tijuana–San Diego; otros tramos del muro existen en los estados de Arizona, Nuevo México y Texas; esto ha obligado a los inmigrantes a intentar cruzar por zonas más peligrosas, ocasionado miles de muertes.

Con el nuevo acuerdo firmado por el Presidente Bush, se contempla la ampliación del muro en 595 kilómetros, más 800 kilómetros de barreras para impedir el paso de automóviles, alcanzando una extensión total de alrededor de 1.130 Km.

Tan responsables son los gobiernos de Estados Unidos, como de México, y aún el de Canadá, que guarda silencio, ante este hecho completamente contrario a la naturaleza de un TLC, que ha llevado a México más a una vergonzosa sumisión que a un trato de socio comercial. Si el acuerdo hubiera funcionado, los mexicanos no tendrían que arriesgar la vida para buscar empleo en Estados Unidos o a Canadá.

¿Cuánto puede valer una democracia que firma acuerdos para intercambiar mercancías y al mismo tiempo levanta muros para impedir que las personas menos favorecidas por esos acuerdos, intenten penetrar a otro territorio a convertirse en sirvientes de los ciudadanos que sí han sido beneficiados por ese mismo tratado?

Comments

Popular posts from this blog

COMPETENCIA LABORAL DESLEAL

A GALA FOR A REFUGEE

A RIO REVUELTO… GANANCIA DE PESCADORES