INMIGRANTES: ¿COMPETENCIA DESLEAL?
INMIGRANTES: ¿COMPETENCIA DESLEAL?
(Publicado en El Correo Canadiense, lunes 16 d mayo)
Por Sergio Granillo
En uno de los tantos periódicos gratuitos que hay en el subterráneo de Toronto, leí algo que en verdad me indignó, me pareció infundado y absurdo; sobre todo al levantar la mirada y ver a toda la gente a mi alrededor.
“¿Cómo es posible comprar a un egresado de Harvard con alguien que estudió en una universidad de segundo nivel al competir por un empleo en Canadá?”, afirma Guido Mamann, abogado experto en inmigración, explicando las fallas del sistema de migración implementado por el Gobierno canadiense, que –explica- ha puesto a competir a los buscadores de empleo canadienses bien preparados con inmigrantes “subcalificados”.
Paradójicamente, casi todos los inmigrantes que llegan a este país afirman que enfrentan una gran barrera llamada “Canadian Experience”, al buscar empleo. Entonces meter en la comparación a ¡¿Harvard?! Se me hace fuera de lugar y de mal gusto, porqué mencionar una universidad de Estados Unidos en lugar de decir McGill, Toronto, York, no sé, alguna institución canadiense.
Me parece falso decir que los inmigrantes venimos a quitarle empleos a los canadienses; una nación cuyo gobierno tiene los argumentos económicos para fomentar la llegada de mano de obra calificada de otros países. Por el contrario, muchos inmigrantes, contando con estudios universitarios del más alto nivel, frecuentemente tienen que desempeñar los empleos que los canadienses no quieren hacer, exactamente como hacen los americanos.
Estudiar en una u otra universidad no garantiza per se que un individuo sea la mejor opción para un puesto, tienen mucho que ver las habilidades estrictamente personales, la experiencia adquirida, y algo que eufemísticamente se llama en Canadá “networking”, en buen mexicano son “palancas”, gente que recomiende a alguien más para un puesto.
Entonces, la cuestión de fondo debe ser ¿los empleadores y reclutadores cuentan con los métodos adecuados para evaluar a sus candidatos? ¿Se contrata y se promueve a quien realmente cubre los requisitos? ¿Hasta qué punto el gobierno debe definir la plantilla laboral o los perfiles que debe cubrir una empresa asentada en Canadá? ¿Dónde quedó la globalización?
Desde 1994, en México se ejerció una tremenda presión sobre empresas, trabajadores y profesionistas, para adaptarse a la apertura de fronteras, a la competencia con gente de los Estados Unidos y Canadá. Muchas compañías y profesionistas extranjeros han entrado al mercado mexicano provocando la desaparición de muchas empresas y fomentando el desempleo, como una verdadera ley de la selva o dicho en términos darwinianos, una “Selección Natural” en el mercado laboral y en todos los sectores económicos. Lo mismo ha venido pasando al inicio del siglo con los productos chinos en todo el mundo.
¿Qué ha pasado en Canadá en 10 años de Tratado de Libre Comercio (NAFTA)? A estas alturas, la región ya debería de encaminarse a una unificación como la Unión Europea, lo que implica que debieran circular libremente mercancías y gente entre los tres países.
Por tal razón, en algunas universidades de México sí se han venido adaptando a una competencia global, firmando convenios con universidades de todo el mundo para intercambiar estudiantes y han modificado sus programas académicos de acuerdo a los estándares internacionales.
Cuando se empezó a dar el fenómeno de la globalización económica, los fabricantes y los consumidores del mundo se preguntaban ¿cómo podemos saber si lo que nos ofrecen de otras naciones cumple con características mínimas de calidad?
Así nació hace mucho tiempo el concepto de ISO 9000, justamente en la Unión Europea, para dar un “salvoconducto” que garantice si una mercancía o un producto cumple con un padrón internacional de calidad. Y, por lógica, la gente que fabrica tales productos, debe tener una mínima capacitación para cumplirlo. Esto empezó en la década de los 80, ¿qué ha pasado en Canadá desde entonces? O quizá se está subestimando la capacidad de selección laboral de los empleadores canadienses.
En todo caso, los más afectados siempre son los inmigrantes que tienen que empezar de cero en la mayoría de los casos, por falta de un sistema más equitativo y menos discriminatorio de parte de los empleadores.
(Publicado en El Correo Canadiense, lunes 16 d mayo)
Por Sergio Granillo
En uno de los tantos periódicos gratuitos que hay en el subterráneo de Toronto, leí algo que en verdad me indignó, me pareció infundado y absurdo; sobre todo al levantar la mirada y ver a toda la gente a mi alrededor.
“¿Cómo es posible comprar a un egresado de Harvard con alguien que estudió en una universidad de segundo nivel al competir por un empleo en Canadá?”, afirma Guido Mamann, abogado experto en inmigración, explicando las fallas del sistema de migración implementado por el Gobierno canadiense, que –explica- ha puesto a competir a los buscadores de empleo canadienses bien preparados con inmigrantes “subcalificados”.
Paradójicamente, casi todos los inmigrantes que llegan a este país afirman que enfrentan una gran barrera llamada “Canadian Experience”, al buscar empleo. Entonces meter en la comparación a ¡¿Harvard?! Se me hace fuera de lugar y de mal gusto, porqué mencionar una universidad de Estados Unidos en lugar de decir McGill, Toronto, York, no sé, alguna institución canadiense.
Me parece falso decir que los inmigrantes venimos a quitarle empleos a los canadienses; una nación cuyo gobierno tiene los argumentos económicos para fomentar la llegada de mano de obra calificada de otros países. Por el contrario, muchos inmigrantes, contando con estudios universitarios del más alto nivel, frecuentemente tienen que desempeñar los empleos que los canadienses no quieren hacer, exactamente como hacen los americanos.
Estudiar en una u otra universidad no garantiza per se que un individuo sea la mejor opción para un puesto, tienen mucho que ver las habilidades estrictamente personales, la experiencia adquirida, y algo que eufemísticamente se llama en Canadá “networking”, en buen mexicano son “palancas”, gente que recomiende a alguien más para un puesto.
Entonces, la cuestión de fondo debe ser ¿los empleadores y reclutadores cuentan con los métodos adecuados para evaluar a sus candidatos? ¿Se contrata y se promueve a quien realmente cubre los requisitos? ¿Hasta qué punto el gobierno debe definir la plantilla laboral o los perfiles que debe cubrir una empresa asentada en Canadá? ¿Dónde quedó la globalización?
Desde 1994, en México se ejerció una tremenda presión sobre empresas, trabajadores y profesionistas, para adaptarse a la apertura de fronteras, a la competencia con gente de los Estados Unidos y Canadá. Muchas compañías y profesionistas extranjeros han entrado al mercado mexicano provocando la desaparición de muchas empresas y fomentando el desempleo, como una verdadera ley de la selva o dicho en términos darwinianos, una “Selección Natural” en el mercado laboral y en todos los sectores económicos. Lo mismo ha venido pasando al inicio del siglo con los productos chinos en todo el mundo.
¿Qué ha pasado en Canadá en 10 años de Tratado de Libre Comercio (NAFTA)? A estas alturas, la región ya debería de encaminarse a una unificación como la Unión Europea, lo que implica que debieran circular libremente mercancías y gente entre los tres países.
Por tal razón, en algunas universidades de México sí se han venido adaptando a una competencia global, firmando convenios con universidades de todo el mundo para intercambiar estudiantes y han modificado sus programas académicos de acuerdo a los estándares internacionales.
Cuando se empezó a dar el fenómeno de la globalización económica, los fabricantes y los consumidores del mundo se preguntaban ¿cómo podemos saber si lo que nos ofrecen de otras naciones cumple con características mínimas de calidad?
Así nació hace mucho tiempo el concepto de ISO 9000, justamente en la Unión Europea, para dar un “salvoconducto” que garantice si una mercancía o un producto cumple con un padrón internacional de calidad. Y, por lógica, la gente que fabrica tales productos, debe tener una mínima capacitación para cumplirlo. Esto empezó en la década de los 80, ¿qué ha pasado en Canadá desde entonces? O quizá se está subestimando la capacidad de selección laboral de los empleadores canadienses.
En todo caso, los más afectados siempre son los inmigrantes que tienen que empezar de cero en la mayoría de los casos, por falta de un sistema más equitativo y menos discriminatorio de parte de los empleadores.
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